viernes, 23 de abril de 2010




Dos ilustraciones experimentales.
La primera es un pobre pichicho del inframundo buscando algo de compañía. Encuentra a alguien y lo mira con esos ojitos a los que es imposible decirles que no.

El segundo es un niño muy contento de haber encontrado la punta de su dedo y descubrir que tiene huellas digitales que borrar en su próxima aventura.

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